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Hijos de la Luna (I) Cuenta la leyenda que Tsukuyomi mató, hace cientos o miles de años a una doncella llamada Uke-mochi, la de rostro de cereales, por que había generado alimento de desagradables maneras para ofrecérselo a su huésped. Po desgracia para ella, este era un noble de la más alta clase y, sin dudar de sus acciones, el dios de la luna la despedazó. De su cuerpo muerto, luego, surgieron los cinco granos que alimentan al pueblo japonés. Allí termina esta historia del nacimiento de los alimentos, no así la historia del dios asesino y la diosa muerta. El rumor del asesinato pronto rec

El Verdadero Poder -¡Se acerca por estribor!- gritó una diosa con cabeza de leó y numerosos dioses teriocéfalos se acercaron con prisa. -¿Dónde? -No logro verla. -¡En las aguas! -¡Atentos! Se oían gritos venir de todas partes, desde popa a proa. La barca estaba cargada de entidades sobrenaturales. De dioses. Un intenso sentimiento de miedo, de ansiedad, de expectación dominaba el barco. Se acercaba la Séptima Hora. Todos debían estar preparados. Habían muchas almas sobre el Mesektet, podían perderse en la batalla, pero, ante todo, había que proteger a Ra. La ser